lunes, 7 de mayo de 2012

Verdadera madre

Paloma Ruiz Esparza Puga

En un diccionario leí alguna vez que una madre era una hembra que ha parido. Creo sin lugar a dudas que esa definición es aceptable, sin embargo no me parece del todo correcta, porque conozco a muchas mujeres que biológicamente no pueden tener hijos y sin embargo son magníficas madres.
        Para mí, una verdadera madre es una mujer que está en su mejor disponibilidad de criar a un bebé, de atenderlo cuando tenga hambre, cuando su pañal se ensucie, de estar al tanto de él siempre y en todo momento, educarlo y aprender junto con él. De estar al tanto de su crecimiento y de aprender a escuchar sus pequeños o gigantes problemas y echarle una mano para solucionarlos. Una verdadera madre es alguien que siempre está en las buenas y en las malas no importando qué tan malas estén. Tal vez no sean lo más hermoso que puede haber es este mundo, o tal vez sí, pero es muy cierto que ellas nos hacen la vida menos miserable cuando tenemos un millón de problemas.
        Por otro lado, siguiendo el parco concepto que mencioné anteriormente, es decir, todas las mujeres que biológicamente conciben un bebé se les llama madres, pero, ¿qué hay de las que recién que nacen sus bebés los echan a una bolsa bien anudada, o bien, a una caja de cartón y los tiran a la basura tal cual si fueran eso? Esas mujeres locas e histéricas que golpean brutalmente a sus hijos sin razón alguna o porque simplemente les desesperan, o que lo dejan olvidado en el carro por horas y cuando regresan ya está muerto. Todas ellas a mí no me parecen madres, sino mujeres con un alto grado de locura y cero instinto maternal que se aprovechan de un niño que no sabe defenderse porque no tiene experiencia en la vida.
        Es así que cuando nos enteramos de tantas desgracias mundanas nos da gusto saber que nuestra madre no sólo nos ha hecho menos miserable la vida, sino muy feliz y divertida ya que gracias a ella nosotros podemos estar en esta vida, que es lo mejor que nos pudo haber pasado. Así que aprovechemos este diez de mayo para agradecerles a muestras madres que no nos dejaron olvidados en un carro o nos cortaron en pedacitos de pequeños (aunque muchas veces lo hayan pensado, lo que cuenta es que no lo hicieron).



Paloma Ruiz Esparza Puga

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