lunes, 27 de febrero de 2012

Chespirito, la influencia sobre los mexicanos

Hugo Enrique Torres Loredo

Con motivo del cumpleaños de Roberto Gómez Bolaños, creador de los personajes del programa Chespirito, se han organizado varios eventos en homenaje al comediante, actor, productor, director, cantante, etcétera.

Sin embargo, desde mi punto de vista es muy cuestionable el lugar que la televisión y algunas personas quieren darle a “Chespirito”, como también es conocido el homenajeado. Ya que lo catalogan como el mejor comediante de la televisión mexicana, ¿en verdad lo es?

Es una realidad que sus programas retratan en muchos sentidos a la sociedad mexicana. Entre sus papeles no falta el rico, el pobre, el huérfano, el ladrón, el desempleado, el usurero, etc. También es innegable que dichos programas y personajes han influenciado a generaciones enteras, dentro y fuera de México. Pero ¿qué clase de influencia ha provocado en los ciudadanos?

La respuesta es simple. Sólo hay una manera en que se puede influenciar a millones de niños si lo que están viendo en televisión es a otros “niños” que van a la escuela a jugar, a faltarle al respeto al profesor, a responder tonterías ante los cuestionamientos, a burlarse de sus compañeros llegando incluso al bullying.

Chespirito ha generado en el inconsciente colectivo de los niños de toda América Latina la idea de que a pesar de ser grosero, mal educado, carente de habilidades escolares y un abusador con los compañeros de escuela, a pesar de todo eso y más, serán niños premiados por sus padres, como es el caso de Kiko, que es siempre consentido por Doña Florinda, y así con cada personaje de esa vecindad, claro exceptuando a El Chavo, ya que al ser huérfano no es digno del cariño de nadie.

Otro ejemplo digno de preocupación es el de El Botija y El Chómpiras, dos ladrones que a pesar de saber que estaba cometiendo un delito, se creían con el consentimiento de robar, con el perdón de la sociedad por su calidad de pobres y con la bendición de Dios al ser “buenos” cristianos. Sus familias y amigos siempre los apoyaron en sus fechorías, hasta llegaron a sacarlos de la cárcel, en las pocas ocasiones en que la ley fue efectiva. Ya que ni en ese decadente programa la ley fue efectiva.

¿Qué ejemplo dio a millones de mexicanos al ver que el policía y el juez se “hacían de la vista gorda” para ayudar a sus amigos? ¿Cuánto del grado de corrupción, impunidad y falta de civismo es culpa de esos personajes? Yo no lo sé, pero si existe dicha culpa, no tendría duda de ella.

La lista de ejemplos de la mala influencia que Chespirito y todos sus programas y personajes es larga, ocuparía cientos de cuartillas para enumerarlas. Pero sobre todo, la peor influencia de todas es la que da hacia el extranjero, pinta a los mexicanos como flojos, groseros, ignorantes, estúpidos, rateros, simples y mediocres.

Habrá quien se atreva a defender dicha serie diciendo que es televisión y no debo juzgar tan severo, pero hay cientos de estudios que comprueban que la televisión es uno de los principales medios de influencia sobre la población. Cito uno de cientos de informes al respecto: dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=635389&orden

Dejo a la conciencia de los futuros padres el elegir qué tipos de programas televisivos permitirán que sus hijos vean.

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