jueves, 15 de marzo de 2012

Benedicto XVI y los llamados a no pecar

Con motivo de la visita del Papa Benedicto XVI a nuestro país, la comunidad religiosa, política y civil han tratado de volcar, o más bien iniciar un fervor religioso propio de la ocasión. En este punto es imposible no caer en comparaciones, ya que en las cinco ocasiones que el antecesor de Benedicto, el Papa Juan Pablo II, visitó México, no hubo necesidad de “convocar” la fe religiosa del pueblo mexicano. El pueblo solo se volcaba en prodigar amor al ahora beato Juan Pablo. En cuanto a ésta, la primer visita papal de Ratzinger a México, y dado el marco de violencia e ingobernabilidad por el que pasamos, no podían faltar los llamados a “treguas” para evitar el pecado durante los días de la visita. El primero en pedir fue Calderón. Hizo un llamado al crimen organizado para hacer una tregua, evitar muertos, desaparecidos, secuestrados, extorsionados, y tal vez hasta el tráfico de droga. Esto sólo y exclusivamente en los días que el sucesor de San Pedro pisará tierra azteca. Dada la naturaleza del segundo llamado, no me queda muy en claro quién lo hizo, aunque es fácil deducir a los posibles convocadores: la diócesis de Guanajuato o el gobierno de Guanajuato, no hay más. Aunque, tomando en cuenta el contexto, tal vez lo hicieron los dos, o los dos son uno, o uno dividido en dos, complejo de entender, tan complejo como la Divina Trinidad. Amén. El punto es que las prostitutas de Guanajuato dejarán de ejercer el oficio más viejo del mundo, para evitar “caer en pecado” mientras Ratzinger ande por esos lugares. Lo que tal vez no puedan evitar es que caigan muertas de hambre, ya que me pregunto, ¿de qué van a vivir esos días?, o a caso, ¿trabajarán horas extras previas a la visita? , ¿O el gobierno les dará un subsidio papal? En mi opinión personal, como todo lo vertido en estas líneas, las sexoservidoras no deberían de dejar de ofrecer sus auxilios a las almas penantes, ya que en eso coinciden con la labor eclesiástica, dar auxilio a las almas en pena. Además, su oficio es más antiguo que el gobierno de Guanajuato y de México, más solicitado que la bendición papal, incluso más milenario que todas las iglesias juntas. Cuando di mi opinión en público sobre este escabroso tema, me refutaron, ¿qué a caso tú no limpias tu casa cuando haces una fiesta?, a lo que respondí, sí, pero no la limpio sólo cuando hago fiestas, la limpio siempre que tengo tiempo… Aún faltan unos cuantos días para la tan anunciada visita papal, habrá que ver cuántos llamados más se suman a estos que aquí enumero. Propongo que los políticos, incluidos los de Guanajuato se abstengan de caer en la tentación de la corrupción y la impunidad, ah claro, y el robo, que esos santos días no roben a la nación, y esto sólo con la intención de “evitar el pecado”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario