domingo, 4 de marzo de 2012

La mujer, símbolo en la literatura

                                Adoration (1996) Dir. Oliver Smolders
                                                                        Genoveva Garibay Bárcenas
Es admirable el culto y la mistificación que causa la figura de la mujer, encarna piezas importantes que transgreden sociedad y ficción, frecuentemente aparece en la imagen oscura y decadente, atraviesa el tiempo y el pensamiento en la literatura. Es como el modelo que danza a través de escenarios y la realidad, enmascarada de estilos impresos sobre una hoja, reconfortantes y atemorizantes personalidades que viajan por el apetito y el deseo.

Forman el molde de la trama que se desarrolla con cada época, espacio y autor; el que le da vida y la implanta en la imaginación del lector. La mujer despierta los placeres más inciertos incluso en la niñez, como nos cuenta José Emilio Pacheco en las Batallas en el desierto, acerca de un niño que admiraba a una hermosa mujer, a la que no se atrevía a declarar su amor, en el cual su futuro es incierto ante la pérdida de su amada. También personifica a la madre abnegada en El apando de José Revueltas, quien a su vez renueva esa imagen y la convierte en Luque, mujer que inspira y obsesiona al personaje enamorado de ella hasta matarla en la obra Los errores. Otro relato que sugiere Juro Kara, autor de La carta de Sagawa, nos habla de un hombre intelectual y culto que asesina al objeto de su deseo, lleva su contemplación hacia la figura femenina a un extremo en el que sus deseos y fascinación cobran forma de una manera cruel y trastornada.

Como es lógico, el modelo de la mujer en la literatura se ha inclinado por diversos tipos de presentación hasta una concepción de inocencia que podremos encontrar en la historia de Lolita, del escritor Vladimir Nabokov. La provocación infantil de la joven Lolita hacia Humbert nos permite convivir con el recuerdo de su pasión y frenesí ante la idea de perderla, su amada seduce y juguetea con sus deseos para satisfacerse.

El lector puede disfrutar de las lecturas anteriores así como de una gran variedad de textos que podemos reunir, en torno al simbolismo de la mujer en la literatura, algunas de las historias pueden ser más fuertes que un tequila doble y otras tan impactantes que están presentes en la realidad y se representan en el contexto social.

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