Carmen Medina
El concepto de madre en esta sociedad, si, machista, e irónicamente envuelta en un matriarcado donde la madre es la encargada de cuidar a los hijos, alimentarlos y educarlos, es concebido en las familias tradicionales como un ente poderoso que unifica. También es idealizado como una santidad, quizá por su supuesto amor incondicional cercano a la concepción divina: Dios nos ama sobre todas las cosas; pero si bien a él le rezan y creen algunos que les ayudará indirectamente, a quien en realidad acude la mayoría cuando hay problemas, quien muchas veces los arregla y a quien se ligan los sentimientos de amor eterno, es a la madre, y no hay mejor día para demostrar ese afecto que el décimo del quinto mes.
Este lazo afectivo se ve vinculado también en contextos agresivos, cuando se trata de herir a alguien la manera más inmediata que hay de hacerlo es usar términos ligados a la santa madre: chinga tu madre, puta madre, hijo de tu pinche madre, vete a chingar a tu madre, y de vez en cuando algo más internacional: la concha de tu madre.
Las madrecitas se llevan la atención
total tanto al hablar de santidad como de puterío. Entonces, parafraseando la
convención social, si no hay nada más bello (y aparentemente más inmaculado)
que ser madre ¿quiere decir que no hay nada más terrible que no serlo?
Hay un amplio sector de mujeres que por decisión
propia optan por no tener hijos (excluyo aquí por factores nominales a las
monjas y por circunstanciales a las quedadas) y por ello son condenadas a
carecer de ciertos elementos, por citar un par, a ellas rara vez se les brinda el
apoyo legal (con todos los beneficios que implica) que reciben las madres en un
proceso de divorcio, y no tienen el apoyo económico del que gozan algunas
madres solteras, sin importar si cuentan o no con algún familiar que las
sustente; por supuesto tampoco gozan de
la beatificación social y mucho menos de un día “especial” para ellas.
En el mejor de los casos quizá alguna sea
secretaria, enfermera, doctora etc. Y merezca por ello un día de reconocimiento,
pero este no es único para su género, es decir, para compararlo con el día de
las madres, tendría que existir el día del secretario también. No se confunda
esto con un negativo de la igualdad de género, más bien es una concepción de un
hueco en los roles sociales: pues sí, la madre lo es por que ha tenido hijos y
estos conforman una familia, pero las que no los tienen y se casan ¿no
conforman también una familia? Puede haber algunas que incluso se hagan cargo
totalmente del hogar; ¿entonces qué falta? ¿El día de la esposa, el cual los
maridos han confundido durante décadas con el diez de mayo para festejar a sus mujeres?
¿O es que el día de la mujer lo compensa todo?
Este diez de mayo felicitaré a mi
madre, le daré algún presente y quizá salgamos; Y años después, en alguna otra
salida, estoy segura de que ella me
preguntará si no me arrepiento de no haber dejado que mi cuerpo se deformara
con un embarazo, o si no lamento no haber sacrificado metas de mi vida por el
cuidado de un hijo, regalos y felicitaciones; auque no lo parezca creo que sólo sabré qué
contestar para ese entonces, cuando sufra de falta de festejo.
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