Aura Fuentes
- ¡Es un niño!-, exclamo el doctor
- ¡Mire que grande es, y que hermoso esta!-, dijo la
enfermera con entusiasmo
Ella lo acerco para que pudiera verlo, volte el rostro
hacia el otro lado, cerre mis ojos y dije:
- No quiero verlo, llevenselo de aquí.
- Pero mire que muchachote-, insistio la enfermera
-¡Que no quiero verlo, no entiende!-, grite, el bebé
comenzo a llorar
- Mi hija esta un poco sensible, porque no se lo
llevan-, intervino mamá.
La verdad era que yo odiaba ese bebé, desde el momento
que empezo a crecer dentro de mi, soportarlo durante nueve meses, habia sido la
cosa mas horrible que me pudo haber pasado, yo no queria tenerlo pero ellos me
obligaron, nadie entendía el dolor que me causaba tenerlo dentro de mi, y que
me estuviera recordando día a día ese atros momento, mi mamá decia que él no
tenia la culpa que era un angelito más que Dios mandaba “Dios es tan injusto, el solo vela por sus
propios intereses, Dios condena a los justos y Bendice a los pecadores”
exclamaba cada vez que ella hablaba de la bendición de dios. Me golpeaba el
estomago, intente tirarme por las escaleras, cruce las calles sin precaución,
hice todo lo que estuvo en mis manos, para que no naciera pero nada funciono.
Mamá le puso Sergio como el abuelo, ya que yo me negue
a darle un nombre, odiaba tenerlo cerca de mi, las pocas veces que estuvo en
mis brazos no paraba de decirle “Porque no te mueres infeliz y me dejas en
paz”. Ella venia inmediatamente y me lo quitaba de los brazos.
- ¿Por qué eres asi?, tu no sabes que a pesar que es un
bebé el es capaz de entenderlo todo, siente tu desprecio.
- Para lo que me importan sus sentimientos, si es capaz
de entenderlo, sabra que nunca lo quedre.
- Dios te va a castigar por decir esas cosas.
-Dios no puede castigarme despues de todo lo que me ha
hecho.
No solo odiaba a
Sergio, empece a odiar a todo aquel que comenzaba a sentir cariño por el,
porque nadie lo odiadaba como yo, porque lo querian, porque querian estar cerca
del el, si todo lo que yo queria hacer era alejarme de él, el alcohol empezo
aliviar mi dolor, se convirio en mi compañero fiel, por fin alguien me
entendia.
Poco me importo saber quien fue su padrino de bautizo,
a los cuantos meses comenzo a gatear, cual fue su primera palabra, cuando
comenzo a caminar, que lo hacia feliz, que le daba miedo nada respecto a él me
importaba. Cuando llegaba a casa siempre me recibia con un abrazo.
-Quitate de aquí niño, cuantas veces te he dicho que no
me abraces-, decia mientras lo apartaba de mi lado. En las noches iba a mi
recamara y se acostaba a mi lado, si estaba sobria lo tomaba de la mano y lo
llevaba al cuarto de mamá.
- Toma al mocoso, no se que tengas que hacer pero ya no
lo quiero en mi cama.
Mama siempre me decia que Sergio era un niño muy
inteligente que a sus tres años hablaba mejor que otros, que ya se sabia el
abecedario y que dibujaba muy bonito.
Como mi vida se basaba en odio, aborrecia el 10 de Mayo
tanto como odiaba a Sergio, por eso siempre mi mama, era la que asistia a los
festivales del Kinder y ese día no fue la excepción, Sergio tenia cuatro años.
- Ya viste Sergio te hizo un dibujito por el 10 de
Mayo-, exclamo
- A mi que me importa tiralo a la basura
- No seas asi, el niño no ha parado de hablar de eso y
esta muy emocionado, ¿Vas a ir al festival?
- Ya sabes que nunca voy a esas cosas
- deberias ir, Sergito esta muy emocionado, va a
participar en una obra de teatro dedicada a la mamá, le toco ser la abejita.
- No puedo, mas bien no quiero
- Hija no seas asi, Dios te va a castigar
- Si mamá voy arder en el infierno, ¡huy que miedo!, ya
me voy te veo en la noche.
Llegue a la casa fastidiada del 10 de Mayo y un poco
ebria, Sergio corrio hacia mi gritando:
- ¡Mami, mami,
llegaste!-, traia un sobre en la mano
Abrazo mis piernas, lo tome de sus brazos y lo empuje
lo mas lejos que pude, el niño fue a dar hacia la pared con la que se golpeo la
cabeza y cayo al suelo.
-¿Pero que le hiciste al niño?-, grito mamá que al
verlo en el suelo corrio hacia el. –¡Asesina ya mataste al niño!-, gritaba histerica
Sergio se paro del suelo como si nada, ignorando a su
abuela, camino hacia mi, una hilera de sangre corria de su frente, unas cuantas
gotas cayeron en el sobre que me dio, despues corrio con su abuela y esta se
lo llevo de ahí, dejandome sola.
Un nudo empezo a formarse en mi garganta mire el sobre
unos segundos y despues lo abri, dentro se encontraba una hoja mal doblada y en
ella estaba dibujado dos monitos que se tomaban tiernamente de sus manos,
muchos corazoncitos a su alrededor, y escrita por su propia letra
“ Felicidades
Mami, yo te quiero mucho, y siempre te quedre de aquí a la luna”
Doble la hoja, la guarde en el sobre, me dirigi hacia
mi recamara, cerre la puerta y las cortinas, me recoste en la cama y me
puse a llorar.
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